sábado, 18 de abril de 2009

Nueva Bohemia, Manifiesto


...Tenemos por bandera el amor a la cultura, el culto de la fraternidad y de la libertad y así el fracaso nunca será con nosotros: podremos ser pocos, mas entonces tocaríamos a más amor.


Texto impreso en Huesca en 1919. Firmán: Ramón Acín, Vicente Campo, MIguel Frago, José Jarne, Eulogio Lergurburu, Felipe Ascaso, Lorenzo Avellanas, Jacinto Biarge...

3 comentarios:

Fackel dijo...

Suena bien, suena a optimismo renaciente, a herencia de la Revolución de 1789, a utopía. Perdona mi ignorancia, pero no sé de qué se trata exactamente. Y francamente me gustaría conocer el texto completo. Ya me dices.

Buena noche sabatina.

Fackel dijo...

Acabo de localizar el texto y me ha emocionado. Es clarividente, enérgico y constructivo.

Escrito en 1919, y ante la trayectoria histórica de España, se puede leer:

"Creemos llegado ya el momento en que todos los ciudadanos de corazón y buena fe se lancen actuar en la vida pública, haciendo uso de sus derechos de ciudadanía, si no quieren ser cómplices por su pasividad del desquiciamiento de la patria. Hombres que hasta hoy habéis permanecido ajenos a la política porque os asqueaba el ambiente en que aquélla se desarrollaba, jóvenes que empezáis a ejercitar vuestros derechos ciudadanos, lanzaros todos a la lucha y tened la seguridad de que con vuestro esfuerzo será posible levantar la losa de plomo que oprime a nuestro pueblo y que le impide desenvolverse, desarrollar sus iniciativas, vivir, en una palabra. ¡Seréis unos cobardes si así no lo hicierais y las futuras generaciones tendrían motivo para maldecir de vosotros!"

En aquel año de 1919, hablar así era suscitar la ira de las oligarquías agrarias caciquiles, religiosas y financieras del país. Uno no se sorprende entonces de cómo la derecha española no podía tragar este espíritu y esta toma de conciencia y acabar diecisiete años después con el eco poderoso de manifiestos como estos.

Lo que le falta a uno de saber!!!! Gracias, Aragonía.

Aragonía dijo...

Ramón Acín, autor del manifiesto y su mujer Conchita, fueron torturados y fusilados días después del alzamiento fascista junto a cientos de republicanos en la ciudad de Huesca.
La antorcha debe seguir encendida.

Buena jornada dominical.