martes, 29 de septiembre de 2009

El Seprona achaca el incendio de Valtorres a una imprudencia


E. B. D. El Servicio de Protección de Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha concluido que el incendio que el primer fin de semana de agosto arrasó más de 700 hectáreas de pinar en Valtorres y Terrer fue originado por una imprudencia, según indica el atestado con la investigación del siniestro que han remitido al juzgado de Calatayud que lo investiga. El incendio tuvo su origen en las obras de acondicionamiento de un cobertizo en el segundo de los pueblos. No obstante, las dos personas que se encontraban trabajando esa tarde en la caseta niegan que estuvieran efectuando trabajos de soldadura cuando comenzó a prender el fuego, que se extendió rápidamente por el monte ante la sequedad que presentaba el terreno. Sostienen que habían dejado de soldar una hora y media antes de que comenzara el siniestro. Fuentes de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Zaragoza explicaron que el motivo del siniestro fue, según señalan las conclusiones del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, una "falta de previsión de lo previsible", es decir, la ausencia de medios de protección para evitar que -en este caso- la emisión de una chispa como consecuencia de los trabajos que efectuaban pudiera desatar un incendio. Conclusiones Las conclusiones del informe del Servicio de Protección de la Naturaleza modificarán sustancialmente a la baja la posible acusación contra los dos imputados, un padre y un hijo de origen boliviano de 47 y 24 años, respectivamente. El incendio de masas forestales está castigado con penas de prisión de hasta cinco años y multas que pueden superar los 160.000 euros -además de la obligación de reparar el daño causado- que se agravan en función de la magnitud de los daños al medio ambiente. Si los fuegos entrañan peligro para las personas, la condena puede llegar a los veinte años de cárcel. No obstante, el castigo se atempera si el origen del siniestro tiene como causa una conducta imprudente. Las obras de acondicionamiento de la caseta en la que, según los investigadores, comenzaron las llamas, carecía de licencia de obras, si bien el Ayuntamiento de Terrer la estaba tramitando, según explicó el alcalde, Francisco Marco, al día siguiente del siniestro. Las llamas arrasaron el 80% de la superficie arbolada del municipio. El Periódico de Aragón (28-9-2009)

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